
En las zonas metropolitanas de todo el mundo se violan sistemáticamente los valores máximos permisibles de óxido de nitrógeno. Ha sido un desafío determinar cuánto contribuye cada contaminador a la producción de emisiones. Hasta ahora, los niveles de emisiones se calculaban principalmente recopilando datos de emisiones en instalaciones de pruebas de laboratorio y posteriormente extrapolándolas en modelos. Sin embargo, la cantidad de emisiones contaminantes que los vehículos emiten diariamente depende de numerosos factores, por ejemplo sobre el comportamiento de conducción individual.
Las agencias de protección ambiental y salud basan su gestión de la contaminación atmosférica en modelos atmosféricos que se basan en estos datos experimentales de las instalaciones de prueba. Si bien ha habido algunas dudas sobre las emisiones de óxido de nitrógeno durante algún tiempo, los científicos carecían de la tecnología para medir la cantidad real de contaminantes emitidos en un área específica y para determinar su fuerza total de la fuente. Un equipo de físicos encabezado por Thomas Karl del Instituto de Ciencias Atmosféricas y Crosiféricas de la Universidad de Innsbruck ha implementado un proceso para hacer exactamente eso en el centro de Innsbruck, en Austria.
Las emisiones reales de óxido de nitrógeno son hasta cuatro veces más altas
Los investigadores de Innsbruck utilizaron un método de medición especial – el denominado método de covarianza de remolinos – para monitorear continuamente la concentración de gases traza en el aire, lo que les permite determinar las emisiones en un área urbana. "Constantemente medimos la concentración de dióxido de carbono, óxido de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles en nuestro observatorio urbano de Innsbruck y registramos 36,000 puntos de datos por hora", explica Karl. Utilizando métodos estadísticos, los científicos infieren las emisiones de estos datos dentro de un radio de aproximadamente un kilómetro del lugar de medición. El análisis de los datos de una campaña de medición de tres meses de duración, que se llevó a cabo en 2015 y que ahora se publica en Scientific Reports, muestra dos fuentes principales de concentraciones de óxido de nitrógeno en el aire de Innsbruck: tráfico y combustión residencial, mostrando que la mayoría de las emisiones son causadas por los coches Diesel. "Este resultado es relativamente representativo para todas las ciudades", dice Karl quien señala la relevancia de los resultados: Los niveles reales de emisión de óxido de nitrógeno pueden ser cuatro veces superiores a los previstos en algunos modelos.

El óxido de nitrógeno es tóxico en concentraciones más altas y clasificadas como contaminante peligroso para el aire. Además, contribuye al desarrollo del ozono troposférico. El objetivo del estudio es determinar los principales contaminadores de las emisiones de óxido de nitrógeno en mayor detalle.
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